En medio de este contexto nace la Pastoral Indígena, una instancia de la Pastoral Social de la Diócesis de Quibdó. SweFOR acompaña a la Pastoral Social, un aliado importante en el trabajo de apoyo a la paz y los derechos humanos. Su historia se remonta a 1979, cuando se creó el Centro de Pastoral Indigenista (CPI) en paralelo con la organización indígena OREWA. Su origen estuvo inspirado en las reflexiones del Concilio Vaticano II y en la pregunta sobre si las misiones religiosas estaban respetando verdaderamente la cultura indígena. Inicialmente, las comunidades afro e indígenas eran acompañadas desde un mismo departamento. Sin embargo, la necesidad de dar un enfoque particular a cada una llevó a separar los procesos. Así surgió el CPI, hoy conocido como la Pastoral Indígena.
En el departamento del Chocó, donde más del 90% de la población es afrodescendiente e indígena, la Pastoral Indígena trabaja con comunidades como los Embera Dobida, Embera Wounaan, Embera Katío, Embera Kuna y Embera Tule.
Para estas comunidades, la tierra no significa solo un espacio físico, sino forma también parte de la base de su espiritualidad, su cultura y su organización social. El desplazamiento forzado y el despojo rompen este tejido vital.
José Luis Dogirama
José Luis Dogirama, promotor indígena en la pastoral, lo describe:
“Varias tradiciones se han perdido. Los jóvenes ya no creen en los conocimientos ancestrales, conocido como los jaibanás. El guayuco, por ejemplo, ya casi no se ve. Nuestro sentido de pertenencia se está debilitando. Es muy triste ver cómo se están perdiendo estas tradiciones.”
Actualmente, la Pastoral Indígena trabaja directamente en las comunidades, ofreciendo acompañamiento, formación y seguimiento a jóvenes y adultos a través de talleres, capacitaciones y procesos pedagógicos comunitarios para hacerle frente a esta realidad. Su labor se vuelve aún más importante en contextos donde las crisis sociales son profundas, y donde el reclutamiento forzado y la pérdida de identidad cultural afectan gravemente a las comunidades indígenas. A través del fortalecimiento de la espiritualidad como forma de protección, y de la formación en derechos colectivos, la Pastoral busca empoderar a las comunidades para que puedan resistir y sanar desde sus propias raíces. Además, trabaja en articulación con instituciones estatales y organizaciones internacionales, promoviendo espacios de liderazgo juvenil y de defensa del territorio.
SweFOR acompaña varios procesos y organizaciones con relación a comunidades indígenas en otros partes de Colombia también, como por ejemplo la Corporación Claretiana Norman Pérez Bello (CCNPB) y su trabajo con el pueblo Maiben Masiware, algo sobre lo que hemos escrito en la entrevista en el boletín de septiembre 2025. Aunque con características geográficas distintas, en el departamento del Meta los pueblos indígenas enfrentan desafíos similares: despojo de tierras, militarización y abandono estatal. En ambos territorios, la defensa del territorio y de la cultura se ha convertido en un acto de resistencia frente a un modelo que prioriza los intereses extractivos por encima de la vida y de los derechos colectivos.
En este escenario, la presencia internacional de SweFOR se vuelve un apoyo clave. Estar al lado de las comunidades indígenas no solo disuade posibles agresiones, sino que también ayuda a visibilizar las problemáticas que suelen quedar en silencio e impunidad.
Así lo expresa nuevamente José Luis:
“Para mí, es valiosa la presencia de SweFOR en las comunidades indígenas, porque visibiliza la problemática que hay en los resguardos. Además, cuando están presentes, los grupos armados —legales e ilegales— se retiran. Por eso es importante que continúen acompañando a las comunidades. Personalmente, agradezco mucho su presencia. Ojalá puedan seguir acompañando para siempre, porque es muy apreciado lo que hacen.”
El compromiso con la defensa de los derechos humanos, el respeto por los saberes ancestrales y la promoción de la dignidad de los pueblos indígenas guían el trabajo de la Pastoral Indígena. En este camino, la solidaridad internacional, a través del acompañamiento de SweFOR, se convierte en un pilar para sostener la resistencia de los pueblos originarios y seguir sembrando esperanza.