Las Escuelas Populares de Derechos Humanos y la educación popular como iniciativas que construyen y contribuyen a la paz en México

          “Es importante tomar conciencia de la realidad en la que vivimos, de los problemas y violencias en el día a día, así como de las personas y del movimiento social con quienes trabajan y se acompañan mutuamente, ya que esto ayuda a comprender la importancia de la organización para superar el contexto de violencia e impunidad en la que se vive.”

Este 21 de septiembre de 2022, Día Internacional de la Paz¹, desde SweFOR nos sumamos a todas las iniciativas que permiten seguir construyendo y contribuyendo a un mundo sin violencia y a una vida más justa, reflejando con esto el respeto y el reconocimiento de la diversidad, sin discriminación de ningún tipo², promoviendo la defensa por los derechos humanos de todas las personas. Con nuestro servicio de paz en Latinoamérica que tiene presencia en el país, hemos buscado acompañar a actores cuya labor se enmarque en esta lucha pacífica noviolenta, para generar cambios que les brinden protección y amplíen el espacio de acción. Este es el caso del Comité Cerezo, organización, que desde hace más de 20 años lleva a cabo procesos educativos pedagógicos en esta dirección y que SweFOR acompaña desde el 2014.

Durante una entrevista realizada por SweFOR al Comité Cerezo México, nos cuenta que las Escuelas Populares de Derechos Humanos y las de educación popular son espacios que han buscado promover, fortalecer, apoyar, sensibilizar y acompañar al movimiento social organizado como a la población en general a través de la ampliación en conocimientos de temas de derechos humanos y documentación, análisis de la realidad, el uso de herramientas como la comunicación popular, derechos de las mujeres, atención psicosocial, entre otras, para generar una participación y reflexión colectiva que contribuyan a fortalecer los procesos de organización y lucha por la memoria, la verdad y la justicia.

Estas llamadas escuelitas, surgieron a partir de la experiencia de lucha del Comité Cerezo México para buscar la liberación, luego de la injusta reclusión de los hermanos Cerezo y Pablo Alvarado, en el año 2001³. Durante ese tiempo, familiares, amistades y personas solidarias aprendieron desde la práctica la importancia del uso de diferentes herramientas para denunciar las graves violaciones de derechos humanos que se viven en México, hasta que, gracias a la organización y solidaridad de todas las personas que les acompañaron se logró su liberación. La anterior experiencia de lucha les llevó a reflexionar sobre la necesidad de seguir acompañando al movimiento social organizado en el país debido al contexto de violencia y violaciones de derechos humanos (VDH). Por lo que las escuelitas populares de derechos humanos son el resultado de la continua sistematización de su experiencia acompañando a las víctimas de VDH en el país y el movimiento social, siendo un espacio de formación permanente.

Por lo anterior, cuentan con la participación solidaria y organización de la población en general, así como también de personas víctimas de violaciones de derechos humanos, sus familiares o allegados, trabajadoras y trabajadores, estudiantes o de personas sensibles a estos temas.

La Escuela General de Derechos Humanos actualmente se desarrolla en la CDMX, Hidalgo, Querétaro, Puebla y Cuernavaca, consta de 16 talleres, de 4 horas cada uno y cada una tiene su propio equipo pedagógico. Consta de talleres como análisis de la realidad, los Derechos Humanos como herramienta de lucha, el monitoreo de violaciones a Derechos Humanos VDH, la documentación, jurídico, derechos laborales, de las mujeres, de personas en injusta reclusión, seguridad y educación popular. El proceso más antiguo es él de la CDMX con trece años de existencia y el más reciente es el de Puebla, con dos años. La cantidad de personas que toman la Escuela General varía de acuerdo al estado de la república, pero el cupo es limitado a 35 personas.

Las personas egresadas de las Escuelas Generales, pueden cursar la escuela de educadores y educadoras populares en DH, la cual tiene como objetivo que los egresados repliquen al menos 6 talleres del Comité Cerezo México. Una vez que las personas egresan tienen la posibilidad de tomar otros cursos en línea o presenciales como el de historia de México, feminismo o psicología. Quienes egresan de la escuela de educadores y educadoras tienen que dar un año de voluntariado en el área de educación o sistematización del Comité Cerezo México, apoyando en la realización y facilitación de talleres o documentando casos de VDH.

Un tercer nivel de formación es la escuela para coordinadores y coordinadoras, la cual tiene como objetivo fortalecer capacidades en cuanto a la conducción y realización de las dos escuelas anteriores. Del mismo modo, en caso de que alguna organización o colectivo esté interesado en capacitarse en alguno de los temas que se ven en las escuelitas de derechos humanos, se hacen estos talleres a petición de parte. Por lo que, si se manifiesta el interés de que puedan organizar alguno de estos talleres con sus organizaciones, colectivos o comunidades pueden escribirles por su página web https://www.comitecerezo.org/ y sus redes sociales https://www.facebook.com/comitecerezo.educacion. Cabe destacar que los tres procesos de formación son totalmente gratuitos, participativos y autosustentables.

Pensando en este día y en la misión de nuestra organización, que desde sus inicios busca promover una cultura de paz, preguntamos al Comité qué mensaje le pueden dar a las personas y movimientos que recién empiezan en la construcción y contribución de la paz. Respondieron que para ellos es importante tomar conciencia de la realidad en la que vivimos, de los problemas y violencias en el día a día, así como de las personas y del movimiento social con quienes trabajan y se acompañan mutuamente. De acuerdo a su experiencia, lo anterior ayuda a comprender la importancia de la organización para superar el contexto de violencia e impunidad en la que se vive, por lo que es fundamental generar y fortalecer procesos organizados que busquen la transformación de la injusta realidad. Dicha transformación debe ser de manera colectiva y organizada en favor de los sectores que históricamente han sido y siguen siendo víctimas de VDH.