“LA TIERRA NO SE VENDE, SE TRABAJA Y SE DEFIENDE” - SweFOR - Movimiento Sueco por la Reconciliación

“LA TIERRA NO SE VENDE, SE TRABAJA Y SE DEFIENDE”

Fecha: mayo 19, 2022 | Categoría: Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas – Frayba, México, Militarización

El pasado 22 de abril a nivel mundial se conmemoró, como cada año, el Día Internacional de la Madre Tierra. Esta fecha internacional fue instituida en 2009 por La Asamblea General de Naciones Unidas, con el fin sensibilizar sobre la importancia del cuidado del planeta por su interdependencia con la vida del ser humano y de otras especies.

Chilón abril de 2022. Foto: SweFOR México.

Honrar la tierra y sus regalos no es algo reciente en la historia de la humanidad, sino una de las enseñanzas que los pueblos originarios de cada rincón del mundo brindan a quienes saben escucharles. En la tradición indígena la tierra es sagrada, siendo una cuestión de vida su cuidado y defensa. A través de este artículo, les invitamos a adentrarse en las profundidades de México, hasta llegar a Chiapas, el segundo estado con mayor población indígena de todo el país.

“Haz de cuenta que nuestra tierra es como una madre, que cada día estamos pegados en su pecho, por eso la defendemos y también vivimos del agua,cada gota es vida. Pero, ¿qué tal si no la defendemos? Vienen las empresas trans-nacionales, que prácticamente absorben toda el agua, ya no vamos a encontrar agua para bañarnos, para preparar de comer, para tomar, pues ya no hay nada.”

– César Hernández, defensor del pueblo maya Tseltal de Chilón, abril de 2022 .

Del total de la población mexicana, 25.7 millones (más del doble de la población sueca) – es decir el equivalente al 21.5% – se consideran indígenas, identificándose con al menos uno de los 68 pueblos indígenas que habitan territorios llenos de riqueza cultural y natural. Por lo tanto, desde su constitución se considera a México como un Estado pluricultural, es decir, un país que reconoce las diferencias que lo conforman como una riqueza, y valora la importancia de que todas ellas puedan coexistir de forma armónica, buscando satisfacer sus necesidades humanas fundamentales, entre ellas, las necesidades de seguridad y de identidad2. Éstas, en el caso de los pueblos indígenas están íntimamente vinculadas a su relación material, simbólica y espiritual con la tierra, los territorios y sus elementos, un patrimonio indispensable para existir

En cuanto a Chiapas, lugar donde SweFOR México tiene su oficina y desarrolla su trabajo a través del programa Servicio Internacional de Paz, casi 1 millón de habitantes, es decir el 26% de la población, se considera indígena. En este contexto, la tenencia de la tierra posee unas características específicas, por ejemplo, puede ser un territorio ejidal. El ejido es un tipo de demarcación de tierras colectivo, que no se presta a divisiones, ventas, ni herencia, recogiendo una concepción de territorio con raíces históricas profundas, cuyo fin es brindar soberanía alimentaria, sustento económico y cultural para el modo de vida de la comunidad. En vez de ser considerada como un bien económico individual que se pueda comercializar.

“La tierra no se vende, se trabaja y se defiende” o “ La tierra no se vende, se ama y se defiende”, son coros que se escuchan en marchas y protestas campesinas, indígenas y populares que se oponen a cualquier tipo de intervención, privada o estatal, que busca apropiarse de la tierra para convertirla en mercancía, o despojar a los pueblos de su riqueza territorial, sin la debida consulta previa, libre e informada, afectando con esto su derecho a la libre determinación. Es en este sentido que deben entenderse las manifestaciones de rechazo a la instalación de megaproyectos energéticos, productivos, de conexión vial o de telecomunicaciones, así como la militarización, que instaura un control del territorio que sobrepone al derecho colectivo del auto-gobierno, un control territorial de tipo militar.

Ejemplo de lo anterior fue el “Via Crucis por la vida, la justicia, la unidad y la dignidad para nuestra madre tierra y nuestros pueblos” llevado a cabo en abril de este año, por el Pueblo Creyente del municipio de Chilón, Chiapas, en cuya ocasión SweFOR acompañó al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas. Durante esta actividad, el pueblo Maya tsetlal incluyó entre sus consignas la libertad para José Luis Gutiérrez Hernández y César Hernández Feliciano, defensores de los derechos de los pueblos indígenas, privados arbitrariamente de su libertad y acusados del delito de motín, a raíz de su participación en la manifestación de octubre de 2020, cuando el pueblo tseltal expresó su rechazo a la instalación de un cuartel de la Guardia Nacional en su territorio. Actualmente César y José Luís se encuentran atravesando su proceso judicial, en una condición de libertad parcial. En ese sentido, deben presentarse cada 15 días al juzgado de Ocosingo que se encuentra lejos de su hogar, esta medida implica un gasto extra para ellos y sus familias, con lo que no cuentan.

En ocasión del Vía Crucis, el Pueblo creyente denunció “irregularidades en el proceso, incertidumbre en torno a su seguridad, amenazas continuas debido a que han seguido alzando la voz, y organizándose para defender la vida y el territorio junto a su comunidad”. A su vez, SweFOR entrevistó a Cesar Hernández, quién expresó la importancia para los pueblos originarios de preservar sus usos y costumbres, seguir ejerciendo su derecho a manifestarse de manera pacífica, sin armas, contra lo que no les gusta o les parece inconveniente.

«Es importante defender la madre tierra, el terreno que tenemos es donde nosotros vivimos, es donde nosotros cultivamos el maíz, el frijol, la calabaza. Lo que hay aquí es para el consumo, no es para vender, porque nosotros como campesinos, como pueblos indígenas maya tseltales vivimos en la tierra (…) Nosotros nos manifestamos en defensa del territorio, nos llamamos MOVEDITE, Movimiento en Defensa de la Vida y del Territorio en defensa de lo que es agua, lo que es bosque, todo, manantiales incluye todo eso de la defensa del territorio”.

Lo anterior es la forma de mantener viva la naturaleza y así darle un futuro a los hijos y nietos, como lo hicieron sus ancestros. Algo que incentiva su lucha es que su comunidad la avala, al igual que lo hacen la ley y la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, por eso siente el valor de enfrentarse y motivar a más personas para que se incluyan en esta defensa.

Recordemos que uno de los hechos que desencadenó su manifestación y posterior privación arbitraria de su libertad fue el enterarse de la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional en su territorio, sin previa consulta. César narra que cuando el pueblo se enteró de esto ya estaban llegando los ingenieros, así que todos los ejidatarios de San Jerónimo Bachajón, unieron sus fuerzas para rezar y pedir que se fueran. Sin embargo esto no ocurrió, por lo que la gente optó por llevar a cabo una manifestación pacífica.La preocupación del Pueblo Tseltal respecto de la presencia militar en su territorio radica en la experiencia de 1994, cuando llegaron los militares, supuestamente solo a presentarse, pero se quedaron alrededor de doce años. Su presencia, de acuerdo a su comunidad, significó un aumento de la drogadicción, de la prostitución y fue causa de una masacre.

Respecto a la manifestación de octubre de 2020, César nos comparte que:

«La represión fue muy fuerte por eso. Si fue fuerte. Porque se manifestó pacíficamente por la no militarización del territorio (…) El gobierno municipal mandó sus policías municipales, ellos fueron los que nos torturaron, los que nos reprimieron junto con los del Estado y la guarda nacional (…) Una vez que me golpearon en la cabeza, se me han ido todos los nombres, a veces recuerdo y a veces no.»

Hace hincapié en las diferentes emociones que han atravesado él y su familia a raíz los hechos. Por un lado, se siente tranquilo y esperanzado de que todos los esfuerzos por cuidar la identidad y los demás derechos de su pueblo tendrán resultados favorables y reconoce los diferentes apoyos recibidos que le dan ánimos para continuar con su labor de defensa. Por otro lado, están la tristeza y el sufrimiento que le acompañan por la falta de recursos para desplazarse y comer, así como la incertidumbre.

En el cierre de la entrevista, César se dirige a todas aquellas personas que defienden la tierra y el territorio, les dice que no se den por vencidas, que no agoten el ánimo, que se unan a la fuerza, junto con las demás defensoras de derechos fundamentales. Añade que una vez unidas, todo se puede, aunque no sean del mismo municipio, ni del mismo ejido, “unidos todo se puede en Cristo, como dice la frase”.

Por su parte el pueblo Tseltal exigió en voz alta “la libertad absoluta de José Luis Gutiérrez Hernández y César Hernández Feliciano” y que el Poder Judical resuelva a su favor la demanda de amparo presentada contra la construcción del Cuartel de la Guardia Nacional en el ejido de San Sebastián Bachajón, el cual fue impuesto sin el consentimiento y consulta, violando el derecho a la libre determinación y autonomía de los pueblos y su derecho a la no militarización de su territorio”.

Desde SweFOR consideramos que seguir acompañando a los pueblos que defienden la vida y el territorio y que construyen autonomías, nos permitirá seguir avanzando hacia la paz incluyendo el cuidado de la Madre Tierra y, con ella, de todos los seres que la habitamos.

2El término necesidad se usa refiendose a la comunicación noviolenta descrita por Marshall Rosemberg.

3Según el análisis en la estrategia de sweFOR México 2022-26, la acción organizada por la vida y el territorio es uno de los factores que promueve la paz con justicia social en Chiapas.